sábado, 7 de mayo de 2011

Oskar Schlemmer y su Ballet Triádico.

En mi última visita cultural a Madrid me llamó la atención una obra situada en una de las salas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Se trata de los figurines de la obra Ballet Triádico de Oskar Schlemmer.

Oskar Schlemmer (1888-1943) recibió formación en pintura, escultura, marquetería e incluso diseño. Este artista alemán perteneció a la Bauhaus desde 1920 y ocupó el cargo de maestro del taller de teatro. Dicho taller se consideraba relevante dentro del programa educativo de la Bauhaus por su naturaleza de actividad social que combinaba diferentes artes, convirtiéndolo en una actividad multidisciplinar. En el taller de teatro logra poner en escena nuevos conceptos sobre la relación del hombre con el espacio, dentro de la línea revolucionaria que marcaba la Bauhaus. Para expresar estas nuevas reflexiones utiliza un análisis geométrico de las formas y los movimientos del cuerpo en el espacio. Además de ello, utiliza nuevos materiales de construcción, con formas y lenguajes de altas dosis geométricas. La apertura de la Bauhaus también en refleja en el diseño y colorido empleado por Schlemmer.

Su obra más representativa es el “Ballet Triádico” (Triadisches Ballett) de 1922. En él los tres bailarines representan tres partes de la composición musical. Esta performance estuvo representándose durante más de diez años en el ámbito de la Bauhaus. El proceso creativo para esta obra fue al revés de lo que sería común pensar. En un principio se crea el vestuario, después el figurín y en último lugar la música que se adapte a ellos, que conducen en un último estadio a la danza. La puesta en escena empleaba las nuevas tecnologías de producción, además de suponer una ruptura del espacio del escenario, ya que en su representación se implicaba al espectador. En el análisis de los vestuarios es donde se manifiestan las teorías de Schlemmer, en cuanto a movimiento, nuevos materiales, formas geométricas y color. Son obras con un marcado carácter visual, que es lo que llama la atención cuando atraviesas la sala de paso del Museo Reina Sofía en la que están emplazados, con una luz algo tenue y las paredes completamente oscurecidas. El movimiento al que son sometidos los figurines en la exposición hace que sean realmente vistosos y llamativos, mostrando en un simple golpe de vista las novedades de la Bauhaus.

En cuanto a la sinopsis del ballet, se puede establecer un paralelismo con el Pierrot Lunaire de Schoenberg. El ballet se basaba en un principio de triada, tenía tres actos, con tres protagonistas. Cada acto tenía un tono y un color relacionado, pasando desde el amarillo alegre, el rosa festivo y finalmente el negro que tendía a lo místico. Se buscaba una interpretación un tanto metafísica del arte con este ballet. Tiene tendencia a la apariencia de marionetas, considerado estéticamente superior al del ser humano, de ahí que se lleve al abstracto geométrico el cuerpo humano mediante los movimientos y el vestuario.

Para la primera representación, la de 1922-1923 se contó con la música de Paul Hindemith, mientras que la versión realizada en 1977 contó con la participación del coreógrafo alemán Gerhard Bohner y al músico Hans-Joachim Hespos.

Vídeo con un resumen de la presentación del ballet.

http://www.youtube.com/watch?v=TSrwf2f-IQY

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